Hace un tiempo leí un artículo en la revista SoHo, sobre cuánto ganan al mes los notarios. El autor --notario, obviamente-- describe los ingresos y egresos usuales de una notaría; las ganancias --las reportadas oficialmente, y en realidad posiblemente mayores-- son una cosa pantagruélica, y los procedimientos y demoras innecesarias están a la orden del día.
Hoy, hablando con un amigo acerca de la reelección, y del lío reciente de las notarías, recordé el artículo y decidí mostrárselo. Leo el principio del documento, y me encuentro con esto:
El viernes 10 de octubre fue asesinado Norberto Salamanca, notario 76 de Bogotá. Su crimen nos produce la más honda de las tristezas y los rechazos, toda vez que Salamanca se destacó como un profesional probo, defensor de los derechos de las parejas homosexuales y valiente acusador de las mañas de algunos de sus colegas. Para la muestra, el testimonio que escribió para nuestra edición 91, acerca del sueldo de los notarios.
Bleh.