Versión corta

hay gente haciendo llamadas a nombre de Telmex, asegurando que usted ha ganado un premio, pero que debe hacer una compra por valor de X (X ronda los COP $400.000) en productos de cierta empresa (Comcel, no sé si otras) dentro de los siguientes 20-30 minutos, y presentar los comprobantes de dicha compra en Corferias, de 14:00 a 16:00, para poder reclamar el premio. Tanto Telmex como Corferias confirman que esto es un engaño. Esto ni siquiera es noticia. De lo que se deduce que debería mirar más noticias nacionales y menos Slashdot. Sí sí sí, loquesea loquesea.

Versión larga

Hoy en la mañana recibí una llamada, de un número no-usual: tenía bastantes dígitos, al estilo de las llamadas de larga distancia. Contesto, esperando sea mi abuelita, o alguno de mis familiares en Boyacá. En vez de eso, es algún Diego Cortés.

Don Diego Cortés (doctor de alguna entidad de rifas, juegos y espectáculos), me informa que me llama desde el pabellón 8 de Corferias, y que si puedo responder 3 preguntas de cultura general me dará a escoger uno de tres premios. Que estoy en directo y que me escuchan los doctores de muchas otras superintendencias. Sigh. Vengan las preguntas.

  • Cuál es la ciudad de los parques?
  • Cómo se llama el alcalde de Bogotá?
  • Cuál es el nombre artístico de la primera mujer colombiana que ha ganado un Grammy, y ha puesto el nombre de nuestro país en alto, y acabó con el calentamiento global, y es campeona de ballet y lucha libre y ha salvado a millones del hambre endémica, y...

Don Diego García tuvo que soplarme en la primera. Y la última es fácil: Claudia de Colombia. Hasta sabe cantar sólo moviendo la boca. \o/ He ganado! Vengan los premios. Puedo escoger uno de tres:

  • Un Renault... algo. Yuk, carro. No, gracias.
  • Un cheque por COP$40 000 000. Ése es!
  • Un viaje a Cancún, por Y días. Sí, por favor, quiero gastarme mucha plata, ganarme un cáncer de piel, ser asediado por vendedores ambulantes en una playa asquerosamente sucia. Y obtener muchas fotos a cambio. Sí, por favor.

Escojo el cheque. Se me informa que es un cheque de un metro por no sé cuántos centímetros... OK. Venga la publicidad.

-- Qué opina de que Telmex haga cosas como ésta?

-- Interesante.

-- Desea ir al programa "Día a día" a hablar de lo chéveres que son los patrocinadores?

-- No. - (De fondo se oye a Don Diego pidiéndole a Juanita que anote que la línea ganadora 17 desea privacidad. Gracias, doctor Diego)

Venga el cabezazo.

-- Don Javier, cada línea tiene un patrocinador asignado. La suya tiene a Comcel - (creo que eso explica porqué me piden que dé otra en vueltas con bancos y demás) - y, para poder hacer efectivo el premio, usted debe hacer compras por valor del 1% del premio. En tarjetas prepago Comcel o Pines Virtuales Comcel. - (O en entrañas de pollo, da lo mismo) - Ah, y tiene 20 minutos para hacerlo. Sabe cuál es el monto que debe invertir?

En este momento me enojo. Debo gastarme (err.. COP $400 000? no tengo bc a mano y dividir por 10 es NP completo) en Comcel? en minutos Comcel? (3, 4 minutos a otros operadores). De mi premio? No. De mi capital personal. Discuto un rato con el doctor Diego acerca de cómo esta llamada no es un engaño (recuérdese el número del que llegó la llamada), y le pido garantías de autenticidad. Él me da un par de números, y me recuerda que allá debe estar hasta Poncho Rentería, en vivo y en directo.

-- OK, vale, lo haré, doctor Don Diego.

-- Excelente, Don Javier. Tiene que traer las tarjetas, una copia de su cédula ampliada al 150%, y original y copia del último recibo de pago de Telmex

-- Pero, este, yo no tengo cédula, sino contraseña. Eso sí, debidamente sellada por la registraduría.

-- Claro, don Javier, no hay problema.

-- Pero, yo pago mis recibos por Internet, y mi recibo no tiene sellito ni nada. Sirve?

-- Sí, claro, don Javier, eso sirve, no hay problema.

-- Pero, yo no tengo toda esa plata conmigo. Y me demoro, al menos una hora, en comprar las tarjetas.

-- Bueno, don Javier, déjeme ver si podemos hacer una excepción única con ud. -espero en la línea...- muy bien, don Javier, haremos una excepción por usted, y le daremos una hora para que cumpla con el requisito.

-- Perfecto. -pienso en cómo conseguir la plata- Oiga, una pregunta.

-- Dígame, don Javier

-- Qué es lo que toca llevar? y a qué hora? no alcancé a anotar...

Pobre Don Diego. Y qué exhibición de paciencia. Pienso que no debe molestarle mucho, que es parte de su trabajo encontrarse con gente tan despistada como yo. Me felicita una vez más y me pide que sincronize el reloj con el de él, que indica las 12:10 pm. El laptop indica las 12:12 pm, y usa ntpdate. Casi cambio la hora del laptop para ajustarse a la del doctor Don Diego.

Apenas cuelgo, busco el teléfono de Corferias. La página de Corferias no sirve en este momento. Bendito sea el caché de Google, que tiene toda la información de la humanidad centralizada en un sólo sitio. Encuentro el teléfono, y llamo. Pregunto si Telmex está haciendo algún tipo de evento, y me responden que no, que es un engaño, y que haga caso omiso de esa llamada.

No queriendo resignarme a dejar que alguien en un callcenter acabe con mis sueños de COP $40 000 000, insisto. Llamo a Telmex, y hago la misma pregunta. La señorita que me atendió me dice de inmediato que eso es un engaño, hace una pausa -medible, debe preguntarse cómo puedo ser tan ingenuo, o asombrarse de la cantidad de gente que llama a eso- y me pide que haga caso omiso de esa llamada. OK, OK, dos bastan.

Decidí escribir sobre esto, y mientras tanto me preguntaba cómo demonios funciona el engaño. Lo único que se me ocurrió fue que, ya que sabían cuál es mi teléfono, también sabrían cuál es mi dirección (y que estoy ahí, ya que llamaron a la línea fija y contesté), y que esperarían a que yo comprara todas las tarjetas y tratara de tomar un taxi, para aparecer con el taxi preciso en frente de mi casa y robarme. FSM santísimo, están afuera de mi casa, esperando. Eso pensé.

Mientras pensaba cómo salir de mi casa de una manera segura (llamando un taxi o algo así, pero vaya uno a saber qué tan seguras son las frecuencias de radio de los taxistas, e incluso mi línea telefónica), se cumplió la hora que me dieron! de hecho, algo más de la hora. Qué amables, ellos.

Llama el doctor Don Diego de nuevo, y me pregunta si hice la compra, a lo que respondo positivamente. Y con entusiasmo. Entonces me dice que vamos a hacer la comprobación de la compra, y que debía ingresar los pines (creo que eso fue lo que dijo) en una página en Internet, de Comcel.

Me pregunto cómo se las va a arreglar para hacer DNS spoofing, desde quién sabe dónde, para hacerme entrar a su sitio web, y no al de Comcel. Para curarme en salud, miento y le digo que el acceso a Internet está molestando acá (quisiera que eso fuera falso más seguido...). Él me dice: "claro, no hay problema, porque la comprobación la hacemos desde acá; usted nos dicta los pines y nosotros los ingresamos aquí".

OK, me dejó sin argumentos. Me veo obligado a decirle que no compré ninguna tarjeta. "Cómo así, si usted había dicho que sí las había comprado, tatata, tatata". "Señor, mire. Confirmé con Telmex y Corferias, y ambos me dijeron que esto es un engaño. Por favor no vuelva a llamar". Silencio. Luego el doctor Don Diego colgó.

De no haber estado tan entretenido burlándome de él, habría anotado el número del que llegó la llamada, para luego pasarlo a la Policía. Para que lo anoten en un libro de novedades en un vagón. Bah. O a Telmex, al menos. Al menos entendí cómo funciona el engaño. Y me quedo con la pregunta de si alguien cae. Seguramente sí, o en otro caso no se molestarían en hacerlo.

Y me quedo con la duda grandísima de qué puede hacer un cabezón de esos con mi nombre completo y los 3 últimos números de mi cédula (no me la pidió toda por motivos de seguridad), que efectivamente le di. Espero que no más de lo que pueda hacer la persona que me robó la cédula el otro día.